Como todos los refranes, suelen llevar gran verdad.
Los frutos de la prevención en la salud son evidentes: hoy en día casi han desaparecido enfermedades hasta hace décadas frecuentes, como “la polio”, el tétanos, etc. Y otras como la malaria han sido erradicadas de muchos países, gracias asimismo a las vacunaciones.
Acciones preventivas son también las medidas físicas e higiénico-dietéticas que permiten preservar la salud.
Por ejemplo seguir una dieta equilibrada, evitando el exceso de grasas saturadas así como cuidar la cantidad y distribución de la ingesta calórica a lo largo del día, evitando cenas copiosas. Sin olvidar el ejercicio físico, fundamentalmente el caminar: “más suela y menos cazuela” nos decía el Dr. Marañon.
Si bien como todas las normas, deben ser equilibradas y adaptadas siempre a las circunstancias personales.
Y hablando de prevención, no podemos olvidar la importancia de los valores morales en el equilibrio y mantenimiento de la salud integral, ello pasaría por fortalecer la familia: la fragua principal donde se forjan.
Pero la prevención también tiene sus límites y desviaciones que nos recuerdan la frágil condición humana:
1- Pueden desviar a "neurosis preventivas" con hipertrofia de pruebas diagnosticas injustificadas, no inocuas y hasta teratogenas, para asegurar un inexistente derecho a la salud, pues esta depende tambien de factores incontrolables.
2- Existen todavía enfermedades de origen desconocido, aunque la Medicina continua su camino acercándose cada día más a las etiologias, mientras tanto, ya son una realidad muchos tratamientos curativos.
Así lo expresa el Dr. Marañón : “Todo enigma tiene un sentido y hay que buscarle hasta encontrarlo.
La naturaleza no regala nada; lo da todo; mas es preciso vencer su generosidad con un esfuerzo intelectual previo. Así pues el que observa los hechos, en realidad lo que hace es dialogar con el cosmos y con Dios, exactamente igual como el que, cerrados los ojos e inmóvil, piensa.
La técnica es el instrumento para que ese diálogo entre el espíritu y la naturaleza se realice del todo más perfecto, y para que el fruto de ese diálogo se convierta en utilidad directa, que aprovechará el ser humano”
Y es que tal vez prevenir, sea lo más parecido al acto humano y divino de sembrar, pues supone un acto de confianza en la vida, la ciencia y en Dios, por ello siempre es un brindis a la esperanza.