El caso de hoy, para variar, va sin demasiadas palabras. De esos en los que debería bastar con ver la foto, incluso para quien no sea médico.
Sólo os diré que Ambrosio, nuestro paciente, tenía 71 años y en realidad venía a una revisión porque le habíamos extirpado varios carcinomas basocelulares en los últimos años. Aparte de eso, una hipertensión arterial bien controlada y un reciente herpes zoster que le había dejado una neuralgia postherpética.
Por eso nos sorprendimos cuando, al quitarse la ropa para que pudiéramos explorarle, le vimos una serie de máculas circulares de aspecto purpúrico distribuidas de manera más o menos uniforme por toda la espalda. Lo que viene a continuación os sorprenderá (o no).