Esta mañana en la sesión clinica que todos los jueves tiene lugar en nuestro servicio de Psiquiatria del Consorcio Hospitalario de Castellón, hemos tenido ocasión de hablar de una psicosis esquizofrénica de larga evolución.
Cuando tomo la medicación estoy mejor, y el mundo también mejora (declaración de una paciente esquizofrénica)
Se trata del caso de una mujer inteligente y bondadosa que ha sido tratada y seguida durante años por varios terapeutas, psiquiatras, psicólogos y enfermeros y que han puesto a disposición del servicio su experiencia en lo que ahora se llama “tratamiento entre varios actores” poniendo en evidencia lo exitoso de este tipo de enfoques donde de lo que se trata no es de curar al paciente sino más bien de acompañarle durante los eventos de su vida y servirle de prótesis asistencial y emocional.
El caso clinico era una verdadero tratado de psiquiatria por la variabilidad psicopatológica que presentaba la paciente, asi como le evidencia de cómo se ha modificado el curso clinico de la esquizofrenia. Un predominio de sintomas positivos, una pronta y rapida respuesta a los antipsicóticos y sobre todo una desviación de su rumbo hacia el defecto.
Lo que más nos ha llamado la atención de esta paciente es que a pesar de su curso crónico la paciente ha conseguido alcanzar un cierto nivel de estabilidad, sin pasar de la fase de “trema” de la que hablo Konrad que tambien llamamos “humor delirante”. La paciente tiene delirios de alusión, erotomaniacos,de influencia y mantiene creencias primarias de tipo mágico, pero asombrosamente estos delirios son fluctuantes y no han llegado a cristalizar en eso que llamamos un delirio sistematizado. La paciente no delira con un solo tema y parece que después de todos estos años no ha identificado a su perseguidor. No ha llegado a la fase de anástrofe en el sentido de Konrad. El lector interesado en saber el curso de la esquizofrenia puede visitar este post, donde podrá advertir que la esquizofrenia que vemos hoy con más frecuencia es una variedad abortada o recortada de la misma, por otra parte las formas negativas, clásicamente mas graves casi han desaparecido. Dicho de otra forma,es como si la esquizofrenia fuera hoy una enfermedad mucho más benigna que antaño.
¿A que se debe esta mutación patoplástica?
No cabe duda de que el siglo XX ha sido el siglo de la esquizofrenia y tampoco cabe ninguna duda de que la esquizofrenia precisa de un hombre dividido y de una dualidad radical. ¿Pero por qué el siglo XX dio a luz a un hombre más dividido que en el XIX?¿Cuales son las causas de esta escisión?
Lo cierto es que la escisión nos viene de serie (Spaltung la llamó Freud), los seres humanos estamos divididos,escindidos, nos viene de serie con el lenguaje. Es precisamente el lenguaje el que nos permite crear esos dos mundos, esa dualidad que a su vez es observada por una conciencia autorecursiva como en el cuadro de Escher que reside este post: tres mundos.
Hay un mundo percibido, el mundo sensible que nos entra por los canales sensoriales y hay un mundo imaginado y abstracto, todo aquello que podemos nombrar y que no son cosas en sí mismas como libertad, felicidad, honor, amor, etc, cosas no materiales a las que no se les puede meter el dedo. Hay un mundo de cosas, el mundo sensible y un mundo de ideas, el mundo imaginado que coexisten en nuestra mente y podemos pasar en nuestro discursos de un mundo a otro sin discontinuidad. Por otra parte existe una elevación, que llamamos Yo y que observa a ambos.
Pero para eso es necesario que haya un depósito -al que llamamos inconsciente- para que haga de dique entre lo interno y lo externo. El inconsciente ha de ser -en cierta forma- opaco, inaccesible a la voluntad. Se trata de un depósito de adaptaciones genéticas ancestrales, un inconsciente más parecido al imaginado por Jung que al imaginado por Freud. Es el inconsciente en el que creemos hoy, el descrito por Modlinov y que el lector puede rastrear en este post de Pablo Malo.
En la esquizofrenia (y en cierta forma en todas las enfermedades mentales) lo que existe es una dualidad radical.
El efecto del uso abusivo de la escisión como defensa de la frontera del sí mismo es la dificultad para construir la galería de representaciones y objetos que sirven para poblar el mundo interno. El espacio intrapsíquico, así desolado, es incapaz de absorber y ligar los impulsos, que son expulsados hacia la acción, representada con frecuencia por el consumo compulsivo, versión apenas metaforizada del robo y el saqueo. O bien el robo y el saqueo a secas, sin ninguna metáfora, en los márgenes del sistema, cuando faltan los recursos materiales y las redes socioculturales. Bajo el apremio de la hiperrealidad, las patologías parecen constituirse a contramano de las neurosis; en todo caso, en una contracorriente que enfrenta o refuerza a la de la formación de síntomas. La imagen, como nueva versión de la subjetividad, origina trastornos en la mentalización del cuerpo y diferentes modalidades de patología somática. En la frontera psique/soma, el cuerpo se adueña de lo psíquico y lo distorsiona. La imagen corporal, en una suerte de hipocondría crónica, invade y parasita la psique. El sentido de la conversión se ha invertido. El cuerpo vacío y mudo, incapaz de hacer oír su necesidad o su sufrimiento y de hacerse eco de los deseos reprimidos, sólo logra su reinvestidura a través de la imagen. Ante las vivencias de desintegración, el hecho de ocuparse compulsivamente de lo estético opera a la manera de una restitución, en el mismo sentido en que lo es el delirio. (Sonia Abadi)
¿Cómo es la vivencia del cuerpo en la esquizofrenia?
Para entender esta cuestión es necesario que entendamos la diferencia entre cuerpo y “cuerpo vivido”.
Me experimento a mi mismo como el origen de mis experiencias. Esta forma de acceso a mí mismo es una forma primitiva de egocentrismo que es preverbal y prereflexiva, se trata de una experiencia inmediata en tanto que resulta una evidencia que no se da a manera de inferencia o criterio, no es un pensamiento, ni una emoción ni una cognición, es una experiencia de contacto primordial con uno mismo o autoafecto. A esta experiencia algunos autores le han llamado ipseidad y otros mismidad. No solamente se trata de una experiencia previa a toda experiencia sino una condición de la misma.
Una vez hemos definido al “cuerpo vivido” desde el punto de vista fenomenológico ya estamos en condiciones de entender que este constructo es el embrión de la corporeidad y la intersubjetividad puesto que el vinculo perceptivo entre el sí mismo y otra persona se basa en la posibilidad de identificarme con el cuerpo de la otra persona por medio de un vinculo de percepción primario del mismo estilo que me relacionó con mi propio cuerpo. En este sentido la propiocepción interviene en la comprensión de otras personas a través de una especie de sintonia corporal.
De manera que podemos interpretar la esquizofrenia como una escisión estructural de toda la personalidad (tal y como sugiere la palabra “esquizo”), lo que el sujeto disociaría no serían solo aspectos de la memoria, de la cognición o de la conducta sino el cuerpo de su mente. Una persona asi experimentaria una especie de suspensión de la privacidad, una especie de desaparición de la intimidad. Cualquier experiencia interna sería vivida como algo externo, algo que viene de fuera. Cualquier pensamiento intimo, cualquier fantasia seriaexperimentada como impuesta, robada, confiscada o divulgada en el exteriorsocial. El individuo carecería de intimidad o de opacidad, todo seria revelado a los otros.
La transparencia radical
Lo que caracteriza a nuestro tiempo es que la sociedad parece haber enloquecido al tiempo que la esquizofrenia individual parece haber mejorado en su patoplastia. En este sentido es posible que lo que ha hecho que la esquizofrenia hoy tenga mejor pronostico que ayer es una suma de tres condiciones: 1) los antipsicóticos pueden haber modificado el curso maligno clásico de la enfermedad, 2) la mejora de las atenciones médicas generales pueden haber propiciado una atención a condiciones de salud que antaño se solapaban y pudieran agravar su curso. 3) el cierre de instituciones manicomiales que operaban con un paradigma tutelar sin duda tuvo una enorme importancia para mejorar las vidas de algunos pacientes tratables.
Fue leyendo este articulo de Fernando Colina cuando me vino a la cabeza con claridad, una idea sobre la que venia pensando hace tiempo: el inconsciente ha desaparecido y solo los que tienen recuerdos son una esperanza para la humanidad. Decía en otro post que titule, “La abolición del inconsciente” que:
Antes de fragmentarnos en mil pedazos hubo un tiempo en que había un otro habitando en el interior de cada ser humano. Sabiamos quienes éramos y sabíamos que ahi adentro había un desconocido, le observábamos desde lo alto de nuestro observatorio. Eramos propietarios de una torre cuando entonces y sabíamos dónde había que mirar: hacia abajo, hacia ese abismo que llamamos pasado. Ese otro que nos habitaba pasaba la mayor parte de su tiempo libre flotando en una especie de marisma, un aqui y ahora sin historia y asomaba la cabeza como aquel monstruo del lago Ness más atemporal que prehistórico y que aseguran aun puede divisarse en Escocia, pero nosotros le conocimos con el nombre de conciencia basal, a veces inconsciente y otras el Otro y siempre conjugaba en pasado, en otro tiempo, asi inventamos la nostalgia mientras hacíamos surf aprovechando el oleaje y algunos -más osados- entrábamos en el agua, nos sumergíamos, antropólogos de lo acuático, peritos del mar. La inmersión estaba llena de peligros como todo descenso pero había un fondo oceánico que observar: lo incognoscible ejercía una poderosa atracción sobre aquellos que poseíamos memoria y nos lanzábamos una y otra vez en busca del origen, persiguiendo fotografias, escrutando perfiles. Algunas veces estuvimos a punto de morir o de salir malparados, a veces teniamos problemas de descompresión y muchas veces nos faltó el aire.
Lo que es lo mismo que decir que en el mundo actual lo publico ha absorbido de tal modo lo privado que la única forma en que lo inconsciente puede revelarse es a través de la “perfomance”. Es por eso que hay política-espectaculo, crimen-espectaculo, delitos-espectáculo. Sin espectáculo no hay deseo, si el deseo no logra hacerse publico a través del acto. Sólo la transparencia parece servir de antídoto a la estulticia.
La idea que reproduce Fernando Colina en un reciente articulo titulado “Gente sin rumbo” es la misma y por eso señala que:
“Se ha dicho que el siglo pasado fue el siglo de la esquizofrenia. La mente del hombre moderno, que no aguantó más las tensiones crecientes entre el espíritu y la materia, entre la ciencia y la espiritualidad, se rompió en dos, por lo que oyó voces extrañas en su interior y fraguó delirios más veces de lo conveniente. Este siglo que nace anuncia males diferentes. Acaba de empezar y ya se ha profetizado por algunos que las enfermedades mentales va a variar. Los esquizofrénicos lo serán cada menos porque nosotros, que ya nos vamos acostumbrando a la escisión personal, lo seremos cada vez más pero sin llegar del todo a enfermar. En realidad todos hemos aprendido las habilidades de la disociación y algunos de nosotros somos excelentes disociadores, ya no hace falta recurrir a la escisión radical cuando las cosas se ponen feas.
Por el contrario, se nos advierte sobre la creciente patología de gentes sin rumbo, de personas que han enfermado porque no saben de dónde vienen ni a dónde van, que han perdido completamente la capacidad de meditar. Son sujetos impetuosos, que se sienten siempre víctimas inocentes y les cuesta entender la palabra responsabilidad, que carecen de recursos para disfrutar del goce de la lentitud y de la lujuria de la austeridad, que siempre eligen mal a los amigos y que no conciben proyectos ni someten el deseo a una dosis dulce de voluntad. A estos males los han llamado “trastornos límites”, porque ni siquiera como diagnóstico se atreven a ocupar un lugar. Viven en las fronteras de todas las enfermedades y están llamados a ser los representantes genuinos del destierro del hombre actual”.
Artículo original: https://pacotraver.wordpress.com/2016/10/06/desaparecera-la-esquizofrenia/