La condromalacia o condropatía se define como una lesión o pérdida del cartílago que recubre el hueso en las zonas articulares. Esta pérdida de cartílago se puede deber a una enfermedad congénita, de herencia genética, o a una pérdida progresiva del cartílago por una mala alineación articular o traumatismo.
La condromalacia es más frecuente en mujeres, a veces incluso muy jóvenes, y sobre todo en la articulación de la rodilla (femur-tibia, rótula-femur). La condromalacia o lesiones de cartílago también son muy frecuentes en deportistas y determinadas profesiones. Cabe señalar que cuanto más profunda resulte la lesión, mayores probabilidades existen de que evolucione en un problema de artrosis. El cartílago puede sufrir diferentes tipos de lesiones como roturas, grietas, úlceras o bien incluso se puede “reblandecer”.
Someterse a infiltraciones de ácido hialurónico, es un efectivo tratamiento a la hora de tratar las lesiones de cartílago de rodilla. La infiltración de ácido hialurónico es un tratamiento que se basa en la introducción de una sustancia segura y efectiva que ayuda tanto de disminuir el dolor como a reducir la inflamación de la zona lesionada y permite regenerar el cartílago lesionado.
Cada vez son más las intervenciones quirúrgicas por artroscopia de rodilla, donde se llevan a cabo infiltraciones con ácido hialurónico al finalizar el tratamiento para ayudar al paciente a mejorar en su recuperación de la lesión de cartílago rodilla.
En los últimos años, las infiltraciones con acido hialurónico o con factores de crecimiento han ganado gran popularidad y se han extendido a pasos agigantados en el ámbito de la medicina, haciendo uso de esta sustancia en otras articulaciones como el hombro, el tobillo, la cadera o incluso en las articulaciones de las manos o la mandíbula, aunque es la rodilla la articulación que con mayor frecuencia recibe este tipo de tratamientos médicos.
El ácido hialurónico es un elemento que puede encontrarse principalmente en las articulaciones de los seres humanos, la piel y los cartílagos. También conocido como hialuronato, este polisacárido ampliamente distribuido por todo el organismo humano, juega en un importante papel en aquellos procesos de reparación de lesiones como la lesión de cartílago rodilla o condromalacia.
Las infiltraciones de ácido hialurónico en las intervenciones por artroscopia son un tratamiento en el cual se lleva a cabo la infiltración intraarticular de esta sustancia en la zona lesionada. Dichas infiltraciones ayudan a evitar que la lesión de cartílago rodilla empeore y a su vez permite disminuir considerablemente el dolor.
Gracias a las propiedades y acción del ácido hialurónico es posible que los pacientes que sufren de una lesión del cartílago en la rodilla consigan recuperar las propiedades originales del líquido sinovial, lo cual permitiría proteger los cartílagos así como retrasar o incluso recuperar la evolución de la lesión.
La misión principal de este tratamiento contra la condromalacia (lesión de cartílago rodilla) es conseguir mejorar las condiciones de la articulación de la rodilla, logrando 5 objetivos principales:
Las infiltraciones de ácido hialurónico no sólo son un buen tratamiento para mejorar las lesiones de cartílago que se producen en la rodilla, sino que también son idóneas para combatir otros traumatismos, microfracturas, así como procesos de tipo artrósico.
Los factores de crecimiento son proteínas de la sangre que tienen una importante función en la reparación de los tejidos lesionados, promoviendo y acelerando el proceso de regeneración celular, permitiendo disminuir el tiempo de recuperación. Es una sustancia que puede emplear para reparar la lesión del cartílago de rodilla.
Este tratamiento, mínimamente invasivo, permite a los pacientes que sufren cualquier lesión, gozar de una rápida recuperación y regeneración de los tejidos. Es un tratamiento apto para lesiones musculares, pseudo-artrosis, microfracturas y, por supuesto, lesiones de cartílago.
Señalar que para poder obtener factores de crecimiento es esencial llevar a cabo una extracción de sangre del paciente que sufre la lesión, sangre que se centrifuga para poder separar las plaquetas del resto de las células del organismo. Destacar que por cada 10 ml de sangre que se extraen del paciente, se consiguen unos 3 ó 4 ml de plasma rico en factores de crecimiento.
El plasma obtenido tras la centrifugación se infiltra en la articulación o zona afectada. Por norma general, dicho tratamiento consiste en la realización de 3 infiltraciones que se realizan con un intervalo de descanso entre dichas infiltraciones de 1-2 semanas aproximadamente.
Dr. Enrique Galindo Martens